¿Sueles terminar las frases de la persona que te habla sin esperar a que finalice?
Cuando escuchas, ¿sueles mirar a los ojos?
Si te das cuenta de lo que el otro quiere preguntarte, ¿sueles anticiparte y contestarle directamente sin esperar a su pregunta?
Mientras la otra persona te está hablando, ¿sueles pensar en lo que vas a responder?
Pero, realmente … ¿Qué es escuchar?
Escuchar no es solo prestar atención a lo que uno oye, es entender con la mente y comprender con el corazón.
Escuchar es algo que te enchufa con la otra persona, que te conecta de tal forma que puedes ser capaz de ponenerte en su lugar.
Escuchar es empatía, asertividad, es conexión activa y bidireccional y también es evitar hacer juicios.
Es tan importante escuchar … pero ¿Por qué se nos enseña a hablar y nadie nos enseña a escuchar?
Es una habilidad que todos necesitamos en todos los ámbitos y que las organizaciones, los directivos, los empleados, necesitamos cada día para lograr el mayor rendimiento empresarial con la mayor seguridad y bienestar.
Neuronalmente, es difícil escuchar porque hablamos en un promedio de 150 palabras por minuto, pero nuestra mente tiene la capacidad de escuchar hasta 1000 palabras por minuto, es decir, que nuestra mente tiene una gran capacidad de procesar información, pero veces la usamos para otras cosas, por supuesto, no somos capaces de practicar multitarea en la atención, o lo que es lo mismo, si no le prestamos atención a la persona que nos habla al 100%, no le vamos a escuchar al 100%.
Prestemos atención plena a escuchar lo que dice, lo que no dice, lo que dice su cuerpo, su lenguaje no verbal, lo que transmite con su emoción al comunicar y con toda nuestra atención puesta desde el punto de vista de la otra persona, no desde nuestro lugar y así lograremos conectar con la otra persona.
Necesitamos más que nunca, practicar el aquí y ahora, con consciencia porque comunicar es, como decía, conectar, una conexión muy importante en esta situación pandémica con tanto desconocimiento, alteración, desafecto y cambios están generando una reacción impredecible en nuestro puesto de trabajo que puede disparar nuestra respuesta fisiológica al estrés y con una salud psicosocial martillada que ha elevado nuestro nivel de ansiedad.
Esta actual situación exige un esfuerzo añadido de adaptación y en este proceso, es relevante atender los aspectos psicosociales y organizativos para proteger la seguridad y la salud de nuestros empleados y la nuestra propia.
Exige el esfuerzo en escuchar, atender, preocuparse y ocuparse de la salud psicosocial día tras día.
Y ahora, te haré una pregunta: ¿Recuerdas el mensaje principal de una charla en Seguridad, salud o bienestar laboral que tuviste el día anterior?
¿Será que tampoco sabemos escucharnos a nosotros mismos?
Hazlo fácil, traslada un mensaje que cale, conéctate, conecta contigo mismo y será mucho más fácil llegar, enchufar, trasladar tu mensaje.
Pregúntate cuántas cosas haces por hacer, cuántas cosas haces porque tienes o debes hacer y apaga el piloto automático y toma el control, escúchate, entiéndete y atiéndete y a tu interlocutor también le harás un gran favor, porque cuando uno se siente bien consigo mismo y se respeta, interacciona mucho mejor con los demás.
Además, los beneficios de la escucha activa fomenta el bienestar de nuestros colaboradores:
- Genera una confianza mutua y hace que se puedan aprovechar las oportunidades para afrontar un problema antes de que se convierta en una situación insostenible.
- Motiva, porque la persona que nos habla se siente valorada y lleva implícito un ápice de motivación.
- Genera respeto hacia nosotros mimso de la persona que nos habla, e implica la humildad de ser un buen líder, implica estar abierto a recibir críticas, opiniones que pueden ser contrarias.
- Mejora, aumenta la productividad de la organización. Porque la resolución de los problemas se realiza de una forma más ágil porque las personas de la organización tienen la libertad de expresarse y dar su opinión y tratar de solucionar los problemas antes siquiera de que les digan qué es lo que tiene que hacer.
- Favorece un clima de calma, y una relación positiva por la libertad de opinión, por la agilidad en los procesos de decisiones porque se puede ser capaz de mantener la calma cuando se trata de solucionar o salir de una crisis imprevista.
- Limita los errores porque somos capaces de ponernos en la piel del otro y permite llegar al fondo de los problemas.
Como ves, prestar atención todos lo beneficios y a la comunicación sea lo más productiva posible facilita la comprender lo que a la otra persona le ocurre (comprender con el corazón) y se logra un mejor entendimiento entre dos personas.
Me gustaría terminar con una reflexión que plantearte, que te preguntaras en voz alta y mirando dentro de tu interior…
¿Qué aspectos de tu escucha crees que podrías mejorar?
Se valiente y atrévete a cuestionarte…
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